28.2.12

¿Recuerdas cuando eras pequeña y creías en los cuentos de hadas?

¿Recuerdas cuando eras pequeña y creías en los cuentos de hadas?
 Fantaseabas sobre como sería tu vida, con un vestido blanco y tu príncipe azul llevándote a su castillo sobre las colinas; por la noche te echabas en la cama, cerrabas los ojos y te abandonabas a tu fe. 


Santa Claus, el Ratoncito Pérez, el príncipe azul estaban tan cerca que los saboreabas; pero vas creciendo, y un día abres los ojos, y los cuentos de hadas han volado.




 La mayoría de la gente acude a aquellos en quienes confía. La cuestión es que es difícil dejar que los cuentos de hadas desaparezcan; a casi todo el mundo le queda una mínima esperanza de que un día abrirá los ojos y verá que se han hecho realidad. 

Cuando el día llega a su fin, la fe es un misterio, aparece cuando menos te lo esperas. 
Es como si un día te dieras cuenta de que los cuentos no son exactamente como habías soñado.

 
El castillo, puede que no sea un castillo; no es tan importante eso de ser felices para siempre, basta con ser felices en el momento. 
A veces, muy de vez en cuando, la gente puede darte una grata sorpresa; de vez en cuando, la gente te deja sin respiración.

13.1.12

Pase lo que pase, siempre estaré a tu lado.



+ Sé que no soy la mejor amiga del mundo, sé que no soy la más guapa, sé que no soy perfecta, sé que no tengo unos ojazos, sé que no soy tan morena, sé que mi pelo no es un pelazo, sé que ... Sé muchas cosas.
- No dijiste una cosa que sabes ...
+ ¿No?
- No, no dijiste que para la gente no serás la mejor amiga pero para mi eres la mejor que he tenido y tendré, ya sé que no eres la más guapa, eso te queda pequeño, eres la más preciosa, tus ojos son lo mejor, en ellos veo tu amor, y para que ser morena, tu pelo, mucha gente lo envidia. Pero no hace falta ser morena, para saber que eres la mejor entre mil millones de personas, no hace falta tener unos ojazos para saber que te quiero, no hace falta tener un pelazo, para jurar un para siempre. Cada persona tiene sus virtudes, sus defectos, sus más y sus menos. No hace falta tener todo perfecto, los defectos enamoran, las perfecciones cansan.
+ ¿Entonces qué me quieres decir?
- Que no hace falta ser perfecto, para saber lo que te quiero. Que eres todo para mí, que pase lo que pase siempre estaré a tu lado. Quiero que de todo esto saques una conclusión. La persona perfecta cansa, la persona imperfecta te sorprende cuando menos te lo esperas.